El 16 de marzo cantaremos la liturgia del II Domingo de Cuaresma en la Catedral de Murcia con el acompañamiento al órgano de Jaime Martínez Vivancos.

Comenzaremos con el introito cuyo texto procede del salmo 26:

Tibi dixit cor meum, quaesivi vultum tuum, vultum tuum Domine requiram: ne avertas faciem tuam a me.

– Contigo habló mi corazón, sólo ansié contemplar tu rostro; lo buscaré, Señor, no lo escondas a mi vista.

En el tiempo de Cuaresma se sustituye el aleluya por un canto entre lecturas que se denomina tracto. El que corresponde a este Domingo emplea el salmo 59:

Commovisti Domine terram, et conturbasti eam.

– Tú, Señor, has sacudido la tierra y la has turbado.

El ofertorio es una auténtica meditación sobre el amor a los mandatos del Señor procedente del salmo 118:

Meditabor in mandatis tuis, quae dilexi valde: et levabo manus meas ad mandata tua, quae dilexi.

– Serán mi delicia tus mandatos, que tanto amo; levantaré mis manos hacia tus decretos, que tanto amo.

La comunión emplea un texto del evangelio de Mateo, capítulo 17, en el que se narra la visión de Moisés y Elías ante Jesús y los discípulos Pedro, Juan y Santiago. Y Jesús advierte a sus discípulos:

Visionem quam vidistis, nemini dixeritis, donec a mortuis resurgat Filius hominis.

– No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.

Cantaremos también el ordinario XVII.